miércoles, 30 de noviembre de 2011


Antes el amor para mí era un capricho, era querer a alguien sin importar nada, hacer lo que hiciera falta para tenerlo. Ahora empiezo a entender que el amor pasa por otro lado. El amor es tan raro a veces, tan inexplicable, nace de pronto y avanza y avanza, ¿y qué quiere el amor? Ser correspondido, eso quiere. ¿Se puede ser feliz viendo a la persona que uno ama enamorada de otra? ¿Se puede amar sin ser egsta? Yo creo que empecé a entender el amor cuando dejé de ser egoísta, cuando empecé a hacer cosas sin esperar nada a cambio. Amar hace bien, pero a veces no alcanza, uno necesita algo más, necesita respuestas. ¿Qué somos? Esa es la pregunta del millón. Tanto nos preocupamos por el que somos. ¿Importa realmente lo que somos? ¿O importa lo que sentimos y el amor que tenemos por el otro? Podemos ser la ex de alguien, pero eso no quiere decir que nuestro amor sea ex. Mi novio, mi ex... Son palabras. Lo importante no son las palabras, lo importante es otra cosa, eso es lo que vale, el sentimiento, le pongamos nombre o no, es lo único que tiene sentido. No importa el qué somos, importa lo que sentimos y lo que hacemos.

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